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Municipalismo para la gente

Ponencia del Equipo de Trabajo del CCO de Granada para la Conferencia Política Municipal de Podemos Andalucía

  1. Análisis general ¿Cuáles son los factores políticos que más influencia tienen en el contexto municipalista?

El contexto municipalista, siendo el nivel de gobernanza más cercano a la ciudadana, y por tanto con más virtualidades para el desarrollo de una democracia más participativa, asamblearia, feminista, popular y de proximidad, está a su vez influenciado por factores más globales que se entrelazan entre ellos a distintos niveles en una trama compleja. Así las cuestiones globales como las climáticas, ecológicas, geoestratégicas u otras repercuten sin duda en contextos locales como el municipalista. Estas variables sistémicas atraviesan e interaccionan en todos los niveles de gobernanza, desde los más internacionales y globales hasta los barrios. Al final, los impactos sistémicos acaban siempre siendo locales, repercuten en los cuerpos y vidas propias y de las más cercanas. En contraste a este impacto, destaca la sensación de impotencia de lo micro, frente a lo global. Sin embargo, lo local es espacio de cambio tanto horizontal como vertical. De ahí la importancia de construir un municipalismo con altura de miras y que actúe localmente, piense globalmente, y contribuya a su vez al cambio sistémico insertándose en redes políticas, sociales y económicas, más amplias. Yendo de lo más global a lo más local, podemos encontrar una serie de vectores que atraviesan todos los distintos niveles de gobernanza multiplicando los efectos e impactos de una forma compleja:

El gran concepto que resume e integra esos vectores es el de crisis ecosocial. Este integra las consecuencias sociales resultantes del metabolismo del capitalismo realmente existente. El concepto de crisis ecosocial destaca que no podemos separar los problemas sociales, las diferentes desigualdades, y la creciente escasez de recursos energéticos y materiales del sistema productivo. Debemos pensarlas en conjunto, aunque ponderando y especificando cada aspecto. Diseñando medidas y propuestas que aunque diseñadas para cuestiones concretas, tengan capacidad de respuesta e impacto conjunta en cada uno de los factores restantes.

Como paradigma y emergente de ellos, tenemos el cambio climático, aunque a él tenemos que añadir el más global del deterioro de los ecosistemas, y el agotamiento de los combustibles fósiles y otros materiales críticos para el funcionamiento de la economía, y la mal diseñada transición energética. Todos ellos se interrelacionan de forma que pueden provocar una tormenta perfecta. Lo estamos viendo este verano, donde observamos como las olas de calor y sequía, unidas al abandono del campo debido en gran parte a modelos desarrollistas y depredadores del territorio, propician enormes incendios forestales de quinta generación, casi inextinguibles, a la vez que observamos fenómenos climatológicos extremos que provocan aumento de la mortalidad global y desolación. En este sentido, el último informe del Panel Internacional del Cambio Climático señala las afirmaciones de científicos que denuncian la insostenibilidad del capitalismo. Cada informe es más apremiante que el anterior y empeora los pronósticos, y la inmediatez de realizar cambios. Según estos informes tenemos apenas 10 años para estabilizar el clima en torno a un aumento de 2 grados, actualmente estamos en escenarios de mayor subida de la temperatura media global, apuntando a efectos potencialmente catastróficos para la especie humana, con graves impactos poblacionales, económicos y geopolíticos. En contraste con este impacto, parece haber cierta incapacidad para incorporar este tema al discurso político de una manera transversal capaz de generar esperanza sin aumentar el miedo, la angustia, el nihilismo y el resentimiento de los que se alimenta la extrema derecha. Aunque la escala de este problema nos desborde, podemos generar concienciación y empujar el cambio global desde lo local. Además, los municipios son claves para la adaptación y la mitigación del mismo. No se trata de teñirlo todo de verde, se trata de pensar y actuar con coherencia y con conciencia real de los problemas. Concienciar, compartir cuidados, combatir desigualdades, relocalizar, reparar, reciclar, reutilizar…rehabilitar edificios, transporte y vivienda públicas, ahorro de agua y energía, energías renovables, autoconsumo energético, feminizar, politizar, desarrollo local y en red de municipios, cooperar y renaturalizar ríos, plazas, espacios y procesos, son conceptos claves en las posibles respuestas.

Otro elemento constitutivo de la crisis ecosocial es la crisis energética y de materiales, fundamentalmente minerales, que además son claves en el despliegue de la mal diseñada transición energética basada en electricidad renovable. Se trata de un problema estructural agravado por la guerra de Ucrania, la cual se quiere utilizar para desviar la atención del problema estructural. Según todos los indicadores, vamos a una creciente y progresiva escasez de energía disponible, sobre todo de combustibles fósiles. Sobre este asunto, la evidencia científica es abrumadora. Las consecuencias ya las estamos viendo en forma de subidas de precios, desabastecimientos, falta de componentes, fallo en las cadenas de suministro, apagones, disturbios y finalmente una inflación galopante, que amenaza con destruir la cohesión social. Los municipios van a tener que intentar tener capacidad de respuesta a muchos de esos problemas, como apagones, pobreza energética, desigualdades crecientes u otros, para lo cual tendrán que tener más financiación y competencias.

La acumulación y las sinergias entre los factores anteriores podrían llevar a la amenaza de un posible o probable colapso sistémico, entendido éste como un descenso brusco de la complejidad social. Los modelos de los años 70 que analizaban la evolución de la población, la contaminación y los recursos (World3) ya predijeron que entre los años 2010 y el 2030 se alcanzarían los picos de producción y recursos naturales. Las comprobaciones empíricas de los mismos (Gaya Herrington y otros), han señalado que el ajuste del modelo (World3) con la realidad es bastante bueno. Otros modelos como el HANDY (Human and Natural Dynamics), también apuntan al crecimiento de las desigualdades y la sobreexplotación del medio ambiente como causas principales de un posible colapso social. En realidad, ya hemos vivido un ensayo general de ese posible colapso ecosistémico con la crisis del covid, pero no parece que hayamos aprendido demasiado y la vuelta al quiero y no puedo del business as usual ha sido casi inmediata, a pesar de los estertores del capitalismo neoliberal. Las virtualidades del municipalismo también son grandes aquí, sobre todo cuando es capaz de actuar en red, configurando redes locales de concienciación, cuidados y protección (vivienda, alimentos, autoconsumo, cuidados, dependencia…) Algunos autores hablan del otoño de la civilización tal como la conocemos y basada en el uso intensivo de energía fósil (A. Turiel y otros), el reto es sistémico pero puede ser una oportunidad. El reto político a este nivel es concienciar a la gente sin producir alarmismo ni catastrofismo, dando esperanza con actuaciones concretas, la gente no actúa si piensa que el destino está marcado y si lo hace, suele hacerlo desde el resentimiento y la hostilidad que alimentan a la extrema derecha. Nos encontramos en una crisis civilizatoria de muy difícil salida, consciente o inconscientemente negada de muchas formas y en muchos grados por la mayoría de la población y casi ausente del discurso político por carecer de rentabilidad electoral.

En la base de esta explotación de los seres humanos y la naturaleza está el capitalismo neoliberal y otros modelos productivistas y desarrollistas como el capitalismo confuciano de estado chino. Las ruinas del neoliberalismo (Wendy Brown), están cayendo sobre nuestras cabezas. Sobre dichas ruinas han crecido los monstruos de la polarización y la extrema derecha. El capitalismo neoliberal ha propiciado una crisis civilizatoria, y los agentes neoliberales no tienen respuesta teórica ni práctica ante ella. Su última baza será probablemente el ecofascismo, que es el último estertor agónico del neoliberalismo. Los negacionistas de hoy son la base del ecofascismo de mañana, los que negaron la crisis del covid en nombre de la libertad, y dicen que el cambio climático es un invento de los chinos, son los mismos que mañana dirán que no hay para todos y que hace falta mano dura. Los ayuntamientos tendrán que ser capaces de crear democracia feminista participativa y resiliencia frente a esa nueva amenaza. Es necesario fortalecer la democracia local, posibilitando mayor participación de la ciudadanía, los ayuntamientos son un factor clave de construcción del republicanismo. Frente al desmantelamiento de la sociedad y el rechazo de la política propios del neoliberalismo hay que construir vida en común y formas de participación democrática eficaz. Los ayuntamientos por ser la administración más próxima al ciudadano, pueden ser agentes sociales de políticas que combatan el individualismo sobre el que se asienta el modelo cultural del neoliberalismo. Hay un urbanismo neoliberal (urbanizaciones, privadas, casas con piscina y grandes centros comerciales…) que debe ser equilibrado por espacios y servicios públicos y ecosistémicos comunes, junto con la infraestructura cultural tradicional de pueblos y ciudades, que hacen que las personas se reúnan en torno a lo común. Frente a la ampliación de la esfera privada, la construcción de lazos comunitarios en torno a lo comunitario. Los ayuntamientos son probablemente la administración con mayor capacidad de proponer alternativas culturalesy sociales, al individualismo neoliberal. La remunicipalización y ampliación de servicios públicos son ejes de esas políticas alternativas al neoliberalismo.

Aterrizando en el contexto europeo y español, el panorama político parece marcado por la inmediatez, la presión ejercida por la guerra de Ucrania y la sensación de dificultad para mantener el rumbo en un entorno permanentemente inestable y cambiante. Así, la transición energética diseñada por la Comisión Europea, con unos fondos europeos que no van en la dirección de una mayor soberanía energética y política, sino en la del mantenimiento de la dependencia de las grandes corporaciones energéticas, y centrada fundamentalmente en un modelo basado en electricidad renovable, se topa con sus propias incoherencias (energía nuclear y gas natural “verdes”), y con la guerra de Ucrania, que es un órdago existencial a la UE. Ya veremos si vamos hacia una mayor cooperación política, energética y estratégica, o se acentúa la dependencia respecto a los intereses de EEUU y de las grandes empresas. De todas formas, la escasez de energía y la inflación presionarán a las políticas locales de unos ayuntamientos con escasa financiación. En el contexto español, la actuación del gobierno de España sienta unas potentes bases para construir resiliencia y superar la crisis ecosocial, así el escudo social desplegado (salario mínimo, ley de vivienda, ingreso mínimo vital, impuesto a bancos y energéticas, tope al precio del gas, gratuidad o descuento en transporte público, políticas de igualdad de género…) supone una excelente base que aminora la presión sobre los ayuntamientos, y les permite desarrollar políticas con menor gasto y menos presión sobre políticas de servicios públicos. La respuesta de la derecha falsamente moderada de Feijoo hasta ahora se ha basado en el oportunismo, en lo coyuntural, y en las bajadas de impuestos como bálsamo de Fierabrás que todo lo cura como respuesta universal a todos los problemas. No obstante, la derecha se está reunificando, el PP ha culminado la casi total absorción de Cs y es previsible que gran parte de los electores de Vox vuelvan al PP en la medida que lo perciban como un partido ganador. En ese sentido, las elecciones andaluzas suponen un probable punto de viraje. En la izquierda, el PSOE se mantiene más o menos en el conjunto del Estado, aunque en Andalucía el estancamiento es importante y puede ser electoralmente definitivo. Para el espacio de la izquierda transformadora, el riesgo estriba en que el espacio se vertebre adecuadamente.

Andalucía, en la transición que condujo a la Constitución del 78, desde el poder de la gente y el poder municipal, plantó cara al neofranquismo y al conservadurismo español que pretendía relegarnos a una autonomía de tercera frente a las autonomías vasca, catalana o gallega. La igualación competencial y el reconocimiento constitucional como nacionalidad histórica permitió al pueblo andaluz dibujar su presente con notables progresos, y reflejarse en el resto de territorios del Estado como referente de autonomía política. Trazó así el mapa del autonomismo. También han de ser las elecciones municipales en Andalucía una oportunidad para reforzar nuestros lazos comunitarios, trazando demandas que articulen nuestras comarcas internamente y entre sí, pidiendo poder real para decidir en cada sitio los asuntos que afectan a cada sitio, iniciando así un imprescindible proceso práctico de federalización de abajo a arriba que permita sacudirnos nuestra dependencia externa tanto política como económica. Una dependencia que interesa al capitalismo neoliberal y a los poderes ultraconservadores profundos del Estado para mantener nuestra tierra como territorio de su ocio al que extraer capital humano, capital económico y capital ambiental, tres formas de expolio con las que Andalucía debe comenzar a romper desde lo municipal para romper sus límites estructurales de desigualdad, desempleo y pobreza respecto de otros territorios del estado y europeos. El potencial de Andalucía en materia de capital humano, capital cultural, capital formativo, su capacidad empresarial y universitaria, junto con el potencial energético renovable, sumado a su estratégica posición geográfica con Europa, con el mediterráneo, con África y América Latina, permite pensar que el pueblo andaluz no tiene porqué seguir siendo tratado como colonia del centralismo estatal o patio trasero de economías externas.

En relación a la política de partidos, hay que reseñar la importancia de la mayoría absoluta del PP que se configura como el nuevo partido institucional andaluz, sustituyendo así a un PSOE que acusa una importante inercia, deterioro ideológico y de liderazgo no suficientemente renovado. A pesar de su mayoría absoluta, el PP va a tener muy difícil gestionar este panorama más allá de los vientos favorables procedentes del gobierno de España, y de las instituciones de la UE. A pesar de la imagen de moderación, la propaganda continua y los apoyos de los medios de comunicación, el PP no tiene un programa capaz de generar respuestas a los problemas antes señalados. Lo más probable es que la externalización de servicios públicos y su consiguiente deterioro, las bajadas de impuestos a los ricos y otras políticas antisociales de la derecha le acaben desgastando electoralmente. Las contradicciones de su política se irán haciendo cada vez más evidentes. Del espacio de UP y del resto de la izquierda cabe decir que la dinámica y estrategia practicadas en las últimas elecciones andaluzas han supuesto un fracaso sin paliativos. Urge una vertebración del espacio que sea capaz de liderar transformaciones sociales. La pulsión disgregadora puede tener fatales consecuencias políticas, y consolidar la hegemonía electoral de la derecha. Otro factor electoral que puede llegar a ser muy importante, sobre todo a nivel local es la emergencia de los partidos de la Andalucía vaciada, como ya ha ocurrido en el resto de España. En su mayoría, a pesar de su carácter transversal probablemente resten más espacio a la izquierda que a la derecha. Así la política de confluencia, como la puesta en práctica en Granada, es fundamental para superar divisiones y alcanzar gobiernos, frente a una derecha cada vez más reunificada.

En definitiva, frente a una visión de lo local, en el sentido de “pequeña política”, hay que destacar que es un espacio ideal para propiciar transformaciones que desborden ampliamente sus límites, por ser la administración más cercana a las ciudadanas y el espacio donde se desenvuelven concretamente nuestras vidas. La crisis ecosocial no va a disminuir la importancia de lo local, más bien lo contrario. En la historia de España, algunas grandes transformaciones, las republicanas sobre todo, han venido propiciadas por cambios previos en los niveles más locales. En el caso de Podemos, un potente municipalismo en red, es imprescindible para la extensión y profundización del espacio. Algunos verbos (de entre muchos necesarios) cobran especial importancia en la respuesta a la crisis ecosocial causada por el capitalismo neoliberal: repolitizar (más democracia),feminizar, relocalizar, remunicipalizar y renaturalizar.

  1. Programa electoral. ¿Qué propuestas marco, comunes a todas nuestras candidaturas, deben formar parte de nuestro programa electoral para las municipales?

El marco general de las propuestas, dada la coyuntura expuesta en el apartado precedente de análisis tiene como premisa incuestionable pensar en global y actuar en local, y es en ese marco local donde se deben sustanciar, si bien es importante señalar que más allá del marco local las ideas o propuestas deben adaptarse a las condiciones específicas del área metropolitana, comarcal o bioregional. La idea general propositiva no es otra que dirigirse hacia la soberanía resiliente, entendiendo ésta como una gestión ajustada a la coyuntura global de escasez de energía y materiales críticos y que condiciona nuevas formas de gestión del agua, la energía, los alimentos, y los residuos generados por el metabolismo urbano. Una condición de resiliencia en un contexto global así es la descentralización, entendiendo ésta como la transferencia por parte del poder de la capacidad que las áreas metropolitanas ciudades y pueblos tienen para decidir sobre sus territorios en aquellas materias que localmente mejoran la vida cotidiana de sus habitantes. Los modelos de red aportan flexibilidad y resiliencia. Así, la voz de Andalucía ha de ser la voz de sus pueblos y ciudades trabajando en red por la transformación del modelo energético hacia las renovables, el económico hacia su relocalización y eliminación de la dependencia, el de movilidad hacia la sostenibilidad, el agrario y ganadero hacia la agroecología, el industrial hacia la ecoindustria, el de consumo priorizando los intercambios en proximidad, el urbanístico hacia el bioclimatismo, accesible y seguro, el de la vivienda hacia su función social como derecho inalienable, el de los cuidados como sustento de la vida digna y motor de empleo decente, el de la cultura para sacarla de la mercantilización y desprecio de nuestras propias manifestaciones locales. Los poderes municipales deben favorecer las dinámicas de lucha contra la desigualdad social y de género, y las dinámicas de la sostenibilidad ciudadana y urbana con la recuperación del control de los servicios públicos que son de su competencia. Hay que remunicipalizar el poder en todos los frentes como forma de fortalecimiento de la democracia. Hay que promocionar las alianzas comarcarles y entre municipios vecinos para actuar conjuntamente buscando sinergias, eficacia y eficiencia en la utilización de los recursos públicos y privados. Es una forma de hacer crecer el poder distribuido construyendo federalismo de abajo a arriba. Las comarcas andaluzas, y las áreas metropolitanas, tiene identidades culturales propias fruto de su historia en común, sus características geográficas, sus recursos naturales, sus modelos agroganaderos diferenciados, sus procesos económicos históricos y sus fortalezas o debilidades respecto de poderes exteriores, sean provinciales, autonómicos o estatales. El poder municipal se fortalece no con la disputa por los recursos o las inversiones, sino con la cooperación municipal. Para todo ello, los programas electorales deben incorporar unas líneas comunes que nos ayuden a conseguir lo inmediatamente expuesto.

    1. Segunda descentralización.

En los 44 años de democracia el debate territorial en España se ha centrado casi exclusivamente en la conformación del denominado Estado de las Autonomías. Y especialmente en las tensiones territoriales que se han generado desde Euskadi, primero, y Cataluña después. Distinta a esas tensiones centrífugas fue el hito histórico protagonizado por Andalucía el 4D y el 28F, que transformó el mapa territorial español, en una dirección distinta del tradicional nacionalismo independentista. Aunque está claro que aquel impulso se encuentra, en este momento, bastante diluido. En el debate territorial siempre ha estado y está en muy segundo plano la Administración Local (AL), el tercer elemento de la organización territorial delimitado en nuestra Constitución (capítulo II del Título VIII). Siempre ha sido y es la pariente pobre de entre las Administraciones territoriales del Estado. Los motivos de esta situación sin duda giran en torno a la debilidad política del municipalismo, el escaso peso político de las organizaciones representativas de las Entidades Locales, FEMP a nivel estatal y FAMP a nivel andaluz. La tensión territorial siempre se ha decantado hacia la fuerza atractiva que han generado las Comunidades Autónomas (CC.AA), especialmente las gobernadas por el nacionalismo periférico. Es necesario corregir este desequilibrio. Las Entidades Locales (EE.LL), deben reivindicar un mayor espacio en la estructura territorial del Estado. Para superar la cierta postergación en la que actualmente se encuentran. Esto pasa por la necesidad de que se abra un proceso de descentralización que aumente sus capacidades, a través de un reequilibrio que fundamentalmente debe producirse con una descentralización de competencias desde las CC.AA. Además, las EELL son instrumentos básicos para afrontar otro de los problemas territoriales más importantes, el de la Andalucía y la España Vaciadas.

2.2. Reforma de las Bases Reguladoras del Régimen Local y de las Haciendas Locales.

Derivado de lo anterior se hace necesaria una reforma profunda de la regulación de las EE.LL. En la dirección de una modificación importante del modelo, con un incremento sustancial tanto de sus competencias como de su financiación. Para hacer realidad los derechos constitucionales de autonomía local (art. 140 CE) y de suficiencia financiera (art. 142 CE). Esto conlleva la reducción de la excesiva tutela que tanto el Estado como la Comunidad Autónoma (C.A.) ejercen sobre las EE.LL. Debe derogarse, o al menos reformarse en profundidad, la legislación “Montoro”, que constriñe y limita la autonomía financiera de la AL. Incluidos los límites a las denominadas “competencias impropias”. Como cualquier Administración Pública (AP) las EELL deben estar sometidas exclusivamente a la fiscalización interna (Secretaría e Intervención), externa (Cámara de Cuentas), judicial (Tribunales) y democrática (la ciudadanía que vota). Una Administración Local potente, con mayor capacidad política, más competencias y mejor financiación, es un instrumento clave para una mayor democratización del Estado y para una mayor justicia social. La democracia comienza desde lo cercano.

2.3. Financiación y potestad tributaria de las EE.LL.

Conviene avanzar en el reconocimiento de la potestad tributaria originaria así como de la ampliación de la derivada. Con mayor capacidad para imponer tributos y para su regulación concreta. Las Haciendas Locales deben avanzar hacia un modelo de financiación estable, con criterios objetivos y menos dependiente de los convenios y subvenciones por parte de las otras administraciones territoriales, donde aumente la suficiencia financiera a través de fondos incondicionados o no finalistas (Patrica y PIE) y se reduzcan aquellas vías de financiación (programas, convenios, subvenciones…) que exigen aportes adicionales por parte de las EE.LL. Éstas deben gozar de la máxima libertad para aplicación de sus ingresos, sin mayores condicionantes externos.

2.4. Diputaciones, tamaño de los municipios, comarcalización y áreas metropolitanas.

a) Las Diputaciones provinciales siempre fueron un elemento de organización de un Estado centralizado. Carece de sentido su continuidad y solapamiento con el Estado autonómico. Así lo demuestra que hayan desaparecido en las autonomías uniprovinciales. Realmente se han convertido en instrumentos para el control interno para las fuerzas políticas del bipartidismo y de tutela sobre los municipios pequeños. Es necesario plantearse seriamente su desaparición y la absorción de sus competencias, hacia abajo, por parte de los municipios y, en algún caso, hacia arriba, por las CC.AA.

b) Tamaño de los municipios. Existen en España 8.131 municipios de los que 785 son andaluces. Menores de 1.000 habitantes son 4.991, el 61,38% (217 en Andalucía, el 27,64%) pero solo alcanzan a ser el 3% de la población total de España. Entre 1.001 y 10.000 habitantes se sitúan 2.378 municipios, el 29,25% (415 en Andalucía, 52,87%), que suman el 17,2% de la población total. Así pues, en España existen 7.369 municipios (90,63% del total) con menos de 10.000 habitantes, que representan al 90,63% del total de municipios, pero sólo alcanzan a sumar el 20,2% de la población. En una sociedad como la actual, con tantas demandas de servicios, muchos de ellos de enorme complejidad jurídica y técnica y alto coste, es muy complicado que desde Ayuntamientos tan pequeños, con escasos recursos económicos y humanos, se pueda afrontar, con eficacia y eficiencia, el ejercicio de sus competencias y la satisfacción de las necesidades que demandan sus habitantes. Más aún si, como reclamamos, los Ayuntamientos deberían asumir mayores competencias. Por este motivo hay que pensar en mecanismos de cooperación y de agrupación, que permitan lograr entidades de mayor dimensión y, por tanto, capaces de generar mayores economías de escala para una más eficaz y eficiente ejercicio de sus competencias y de prestación de los servicios básicos de proximidad, esenciales para la calidad de vida de sus habitantes. Aparte de los mecanismos de asociación municipal (art. 94 del Estatuto de Autonomía de Andalucía y arts. 62 y ss. de la Ley de Autonomía Local de Andalucía-LAULA) que representan las Mancomunidades de Municipios y/o los Consorcios (en este caso va más allá de la cooperación exclusiva entre ayuntamientos), habría que pensar también en el fomento de las fusiones de municipios. El objetivo debe ser conseguir entidades con un mínimo de población y recursos. No es una cuestión fácil, porque no cabe la imposición, aunque sí la promoción a través de mecanismos de estímulo que incentiven la fusión de municipios. Recientemente tenemos el caso de la fusión de los municipios extremeños de Don Benito y Villanueva de la Serena. Podría ser un ejemplo a promover.

c) Comarcas y Áreas Metropolitanas. Además de esos mecanismos de asociación la LAULA recoge también (arts. 97 y 94) dos instrumentos para la agrupación municipal, las comarcas y las áreas metropolitanas. Sorprendentemente, sólo mencionadas en el preámbulo de la LAULA (epígrafe IX de la Exposición de Motivos). Sin duda son mecanismos a explorar y desarrollar. Constituyendo las Áreas Metropolitanas una realidad tan evidente que se está tardando en implementarlas para que toda la enorme y diversa problemática (urbanismo, medio ambiente y contaminación, movilidad, servicios básicos como transporte, residuos, ciclo integral del agua…) que conllevan esas realidades fácticas puedan contar con el instrumento institucional necesario para intentar darle soluciones.

2.5. Equilibrio territorial.

Andalucía sufre de importantes desequilibrios territoriales internos, entre provincias e incluso dentro de cada provincia. La Andalucía vaciada es una realidad. Los Ayuntamientos deben constituir un instrumento importante tanto para el diagnóstico de la situación como para avanzar en el necesario reequilibrio. Porque todos los andaluces deben tener acceso a los mismos servicios y a las mismas oportunidades. Un elemento equilibrador del territorio debe ser el ferrocarril compatible para viajeros y mercancías, así como para alta velocidad, media distancia y cercanías. El Corredor Mediterráneo es una oportunidad que debe ser reivindicado para impedir olvidos, incumplimientos o postergaciones. Otro elemento que brinda oportunidades para el equilibrio territorial es la digitalización, especialmente las posibilidades que pueden brindar el teletrabajo, la prestación de algunos servicios de salud o la economía digital en el medio rural. Si bien hay que estar vigilantes a que no se convierta en un caballo de Troya de políticas y construcción de subjetividades neoliberales, sino en lo contrario, un elemento para el desarrollo local y en red en términos ecosociales.

2.6. Servicios Públicos.

Constituyen elementos esenciales para la igualdad y la justicia social. Deben ser gestionados con eficacia y eficiencia. La apuesta genérica por la gestión directa de los servicios esenciales debe estar basada en esos criterios. Exige apostar por una AP capaz de hacer realidad esos principios. De entrada, la gestión directa implica el ahorro directo del IVA, el Beneficio Industrial y los gastos generales que implica la inspección y control sobre las empresas adjudicatarias. La gestión indirecta de los servicios públicos (o lo que se denomina externalización, privatización o, eufemísticamente, “colaboración público-privada”) en demasiados casos lleva aparejada la precarización de las condiciones laborales de las trabajadoras de las empresas adjudicatarias y la obtención de ingentes beneficios por parte de determinadas empresas, normalmente grandes corporaciones vinculadas a multinacionales y fondos de inversión. En la línea de aspirar a una correcta delimitación y distribución de competencias (a los que se refieren los apartados anteriores) hay ejemplos claros en los que hay que evitar las duplicidades competenciales y la confusión. El ejemplo de los servicios de Extinción de Incendios es paradigmático. Los incendios y las catástrofes no entienden de límites municipales o provinciales, sin embargo los servicios de Extinción de Incendios dependen de los Ayuntamientos de las capitales de provincia, de los municipios cabeceras de comarca y con la intervención de las Diputaciones a través de los respectivos Consorcios, aparte del Infoca, dependiente de la Junta de Andalucía. Con condiciones laborales, retributivas o de precariedad (sobre todo en el Infoca) diferentes para las mismas funciones. También los Servicios Sociales y de Atención a la Dependencia representan una múltiple dependencia administrativa, de financiación y regulatoria, que son fuente de problemas de descoordinación y duplicidades.

2.7. Recursos Humanos.

Constituyen un capítulo de gasto muy importante, que puede alcanzar hasta el 40% del presupuesto municipal, e incluso más. Pero también son el instrumento que permite la prestación de los servicios públicos. Hay que apostar por Planes Estratégicos de gestión de los RR.HH., con programas continuados de formación, la digitalización de la Administración y por métodos de trabajo más modernos, incluida la organización por equipos, el trabajo por objetivos y técnicas de gestión de calidad. Debe incluir los planes de igualdad, la conciliación y el teletrabajo. La Administración debe ir más allá de trabajar casi exclusivamente en base al criterio de control de legalidad para avanzar en la introducción sistemática de mecanismos de control de eficacia y eficiencia. Lo que implica la formación y selección de funcionarios en gestión y economía. Habría que plantearse introducir en el sistema educativo tanto universitario como de Formación Profesional asignaturas, carreras y/o ciclos especializados en A.P.

2.8. Participación y transparencia.

Los Ayuntamientos son la AP más cercana a la ciudadanía. Los avances en transparencia, a partir de la ley estatal y andaluza, han sido importantes pero realmente son muy insuficientes, tanto por la propia regulación como, en general, por su limitado cumplimiento. Es preciso profundizar en la transparencia, cambiando las leyes y/o aplicándolas en sus máximas posibilidades. Los mecanismos de participación siguen siendo muy escasos y su regulación establece muchos límites. Hay que trabajar para conseguir los necesarios cambios normativos que los amplíen pero también por la aplicación en cada municipio de todos los mecanismos que permitan hacerla lo más extensa posible. Son precisas políticas que fomenten la democracia, el asociacionismo, la participación ciudadana, la toma de decisiones bien informada previamente, los foros de construcción de voluntad y demandas colectivas. Los debates que permitan juicios no sesgados por la mentira, y la desinformación interesada que difunde en la actualidad los principales medios de comunicación. Las empresas municipales de televisión o radio deben ser independientes del poder económico y político institucional, profesionales y con códigos que definan con claridad cuáles son sus funciones para un entretenimiento y una información que no desprecie los derechos humanos y una información contrastada y veraz.

2.9. Ciudades y pueblos habitables y sustentables.

Todas las competencias y potestades municipales deben ser puestas a disposición de avanzar en construir ciudades y pueblos habitables, vivibles. Las políticas urbanísticas, medioambientales, la gestión de los servicios públicos, el diseño de la movilidad, la cultura… deben estar enfocadas a ese objetivo. Avanzar en la creación y ampliación de espacios públicos, la peatonalización, los espacios verdes, la renaturalización de nuestras ciudades y pueblos… La lucha contra la contaminación debe abarcar la tierra, el agua, el aire y también los ruidos. Vivimos en ciudades con exceso de ruido y luz. Hay que trabajar más a fondo la aplicación de la normativa contra la contaminación acústica y lumínica, comenzando por los mapeos y la aprobación y cumplimiento de las correspondientes ordenanzas municipales.

Un problema bastante generalizado que afecta a las ciudades con alta presión turística (sobre todo ciudades con un rico patrimonio arquitectónico e histórico), es el de la gentrificación derivada de su conversión en auténticos “parques temáticos” que hacen muy complicada y cara la vida de la gente (sobre todo en lo que respecta a la vivienda). Hay que apostar por modelos turísticos menos extensivos, basados en el aumento del número de visitantes, y cambiar hacia un turismo más especializado y de calidad, así como la intervención para evitar los problemas derivados del actual modelo. En relación a este tema, tenemos que reseñar que la vivienda constituye un problema fundamental como factor de desigualdad y de empobrecimiento. Son necesarias políticas derivadas al desarrollo de un parque público municipal de viviendas de alquiler, que contribuya a paliar este problema, el Ayuntamiento de Barcelona es un referente actual y cercano en este sentido. Otro ejemplo histórico, es el de la Viena roja, ciudad donde el parque de alquiler es mayoritariamente público, un ejemplo de políticas sociales que se convierten en hegemónicas a largo plazo y aceptadas por las fuerzas conservadoras.

Los municipios también pueden y deben jugar un papel contra el cambio climático. Es necesario apostar por el ahorro energético y por la implantación de energías menos contaminantes y más sostenibles. Empezando por los edificios públicos, fomentando su autoconsumo y la mejora de su eficiencia. También resulta imprescindible la creación de planes municipales de bioclimatización urbana, que reduzcan la temperatura en las épocas de calor, aumenten la biodiversidad natural y contribuyan a la reducción de la contaminación derivada de la quema de combustibles fósiles en el tráfico urbano e interurbano. Ciudades con agua y ríos renaturalizados, árboles, bicicletas y paneles solares son fundamentales. La creación de resiliencia y soberanía energética, también pasa por fomentar la autoproducción y el autoconsumo mediante la creación de comunidades de generación y autoconsumo, haciendo hincapié en el almacenaje de los excedentes producidos, y en la posibilidad de aislarse de la red general en caso de los más que previsibles apagones que se dan en este momento y se darán en el futuro. Además, los excedentes producidos podrían ser comercializados localmente para las personas consumidoras que no puedan permitirse ni técnica (tejados con sombras), ni económicamente, la oportunidad de instalar paneles fotovoltaicos, o miniturbinas eólicas. Existe un desarrollo tecnológico suficiente para hacer realidad esa posibilidad (tecnología de cadena de bloques). Junto a estas posibilidades más cooperativas, también es necesaria plantearse el desarrollo de empresas municipales de electricidad y fomentar la energía renovable no eléctrica, que tiene un gran potencial sobre todo en el mundo rural. Para luchar contra el cambio climático y luchar contra sus consecuencias, resultan fundamentales las políticas de ahorro y gestión eficiente del agua como recurso escaso.

Ante la crisis energética y de materiales es necesario revisar la inversión pública municipal así como políticas de movilidad y cercanía que permitan residir, trabajar, comprar, ir a la escuela, pasearse y tener espacios de ocio en el mismo barrio o aledaños, el concepto de ciudad de 15 minutos es esencial. El modelo de movilidad urbana e interurbana asociado, por un lado, al vehículo privado, y por otro al transporte motorizado con el uso de combustible fósiles, es fuente de contaminación, enfermedad, calor y desigualdad. Para el desarrollo de un sistema de movilidad público y privado óptimo, sería deseable territorializar progresivamente la conexión de los sistemas de movilidad pública a fuentes de energías renovables, su electrificación y su desconexión de los combustibles fósiles.

Otra medida para hacer ciudades más sustentables hace referencia al tratamiento de las periferias agrícolas en los PGOU. Así es necesario, ampliar y redefinir espacios verdes protegiendo esas periferias agrícolas en los PGOU, mapeando solares y terrenos públicos en desuso y estudiar si es posible su recuperación como huertas urbanas. Finalmente, otras medidas interesantes serían: 1. Mejorar acceso a la tierra municipal planteando la creación de una oficina de la tierra, y recuperación de la productividad de huertas urbanas. 2. Reforestación y regeneración masiva de periferias municipales con criterios permaculturales, introduciendo especies locales comestibles, bosques de alimentos. 3. Implantar sistemas de tratamiento de residuos sólidos y aguas residuales realmente sustentables y autosuficientes, aprovechando el residuo seco para la agricultura y la urea como fertilizante. 4. Compostaje local con plantas específicas y política de residuos orgánicos al efecto de sostener la agricultura urbana.

2.10. Urbanismo y Ordenación del Territorio.

Frente a las tensiones desarrollistas y la especulación (ladrillazo), que han impuesto una ordenación del territorio que consume demasiados espacios (incluidas vegas y terrenos agrícolas imprescindibles para la reproducción de la vida) e impone el uso y abuso del coche, generando contaminación, hay que apostar por un urbanismo feminista, sensato, no despilfarrador y que equilibre nuestras ciudades y pueblos, planificando las dotaciones y los espacios verdes necesarios. Se trata de diseñar ciudades y pueblos para la gente, para la vida, no para los coches. Para esto se hace necesaria la cooperación y coordinación entre municipios (incluidas las Áreas Metropolitanas) y de éstos con la C.C.A.A. En definitiva, revertir el importado modelo de urbanismo expansivo por un modelo de ciudad compacta, y promover el crecimiento hacia los centros en vez de hacia las periferias, a través de la rehabilitación de edificios, incluida la (bio) climatización para mejorar el ahorro energético y la confortabilidad.

2.11. Movilidad, Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), Transporte Público…

La movilidad pasa por ser actualmente un eje central de la gestión municipal. Tanto las políticas que vienen de Europa como la necesidad de descontaminar las ciudades, obligan a reducir o limitar la presencia de los vehículos en nuestras calles. Las ZBE constituyen una obligación legal a partir de un determinado tamaño de población. Hacerlas lo más amplias posibles favorece la vida, la salud y la economía, el comercio de proximidad. Por tanto, es preciso trabajar para la potenciación de los servicios de transporte público, su coordinación, integración e intermodalidad (bus, metro, ferrocarril), tanto en lo que se refiere a la larga y media distancia como a las cercanías. Avanzar en el diseño de líneas coordinadas de transporte en las Áreas Metropolitanas, o por la conformación de áreas de prestación conjunta del taxi.

Otra cuestión fundamental para mejorar la movilidad es apostar por flotas de vehículos públicos lo menos contaminantes posible. Es preciso analizar las posibilidades que en determinadas circunstancias puede aportar el trolebús, frente al bus y el costoso Metropolitano. Además, es necesario, desincentivar la construcción de espacios de ocio y consumo en la periferia, acercando de nuevo los servicios al centro urbano, ciudades de 15 minutos, apoyando la economía local.

2.12. Justicia social.

Es muy importante el papel y las posibilidades que tienen las EE.LL. en la implementación de políticas de igualdad y justicia social. Se trata de apostar por la feminización de la política local y los derechos sociales. Políticas de vivienda, de atención a las Personas sin Hogar, a la soledad no deseada, las escuelas infantiles… Especial atención debe prestarse a las bolsas de pobreza que se instalan y amplían en las ciudades y los denominados “barrios Ignorados”. Importante es la atención a la dependencia, una competencia autonómica que se presta desde los municipios, con enormes limitaciones de financiación y problemas de coordinación. Los Ayuntamientos pueden y deben trabajar para reducir las listas de espera, incluso aportando fondos propios. Resulta imprescindible configurar unos servicios sociales potentes, tanto básicos como especializados, bien dotados en cuanto a RR.HH. y presupuesto, con una coherente distribución y asignación de competencias. Una prioridad debe ser el combate contra la pobreza en nuestros municipios, trabajando por su erradicación. Otro aspecto fundamental en nuestras sociedades diversas lo constituyen las políticas de inmigración. Estas han de ser inclusivas y solidarias, respetuosas con las distintas culturas, en el marco de los derechos humanos, e impregnar todas las áreas de gobierno, las y los inmigrantes organizados han de tener derecho a la participación en la formación democrática de la voluntad colectiva.

2.13. Economía y empleo.

Muy limitadas son las competencias en materia de economía y empleo que dependen de los ayuntamientos. Pero esto no impide que se puedan diseñar y ejecutar políticas concretas que ayuden a la calidad de vida de la ciudadanía. Las políticas urbanísticas tienen incidencia económica, no sólo en la construcción sino también en la constitución o implantación de industrias o actividades económicas. Por ejemplo, el diseño de polígonos industriales bien planificados y gestionados, políticas de formación de personas trabajadoras y desempleadas, o la gestión de los programas de empleo conveniados con otras AA.PP. También se puede jugar un papel relevante desde los Ayuntamientos en lo referente al apoyo al comercio de proximidad, tan perjudicado por las políticas urbanísticas favorecedoras de la implantación de las grandes superficies. También respecto al fomento de la economía circular o la producción y el consumo de cercanía, que serán tan imprescindibles en el futuro cercano. En ese orden de cosas hay líneas de propuestas imprescindibles:

Difundir el conocimiento de la crisis de energía y materiales entre las empresas.

El modelo productivo actual basado fundamentalmente en el turismo dependiente del petróleo ha generado un tejido económico extremadamente frágil que amenaza su supervivencia a corto y medio plazo.

Los municipios deben dotarse de empresas preparadas para la creciente escasez de combustibles fósiles

Las áreas de promoción empresarial de los ayuntamientos deben asesorar, facilitar y priorizar la creación de empresas sustentables y resilientes, mediante programas específicos que fortalezcan la disponibilidad de productos y servicios de primera necesidad. Además deben facilitar la reconversión de empresas para reducir la dependencia directa o indirecta de los fósiles y reorientarlas hacia la producción de elementos vitales para la comunidad.

Ayudar a construir un nuevo mercado relocalizado

Reorientación de las empresas productivas hacia el consumo local. Apoyar económicamente proyectos empresariales que favorezcan la sustitución de productos importados.

La logística del transporte de alimentos hacia los mercados locales debe cambiar sustancialmente, los núcleos urbanos deben sustentarse de lo esencial preferentemente del entorno inmediato.

Favorecer la creación de empresas y servicios que no impliquen elevados consumos de energía y materiales.

Revisión de la política de compras municipales priorizando el abasto en mercados locales.

Apoyo a redes de distribución de alimentos, así como a cooperativas y grupos de consumo ecológico locales.

Refuerzo del comercio de proximidad sobretodo alimentos y productos esenciales.

Fomentar la creación de pequeñas granjas ecológicas urbanas destinadas al autoabastecimiento.

Cuantificar el ahorro (para el municipio y/o el vecindario) que implica el uso de recursos locales, para demostrar su eficiencia en esta época de dificultades.

Fomentar la integración de desempleados/as en nuevos oficios y servicios para la resiliencia, ofreciendo incentivos que impliquen la reparación, el reciclaje, y el mantenimiento. Utilizar la basura electrónica como materia prima de un nuevo concepto de minería urbana.

Creación de una marca o etiqueta que visualice la producción local, tanto internamente como hacia el exterior, que transmita calidad y sustentabilidad.

2.14. Política cultural

La apelación a la política cultural no puede partir de una mera visión mercantil, de incentivación del turismo o de promoción de grandes eventos y espectáculos. Las políticas culturales han de llegar a todos los barrios, son el mejor instrumento para tener una ciudadanía que interprete el mundo desde las pautas de la democracia, son el mejor complemento para favorecer la igualdad desde le educación cultural y el espíritu crítico. La cultura popular andaluza, el flamenco y las tendencias creativas de las nuevas generaciones han de ser valoradas, promocionadas y tenidas en cuenta. Nuestra potente identidad cultural no debe caer en manos de lo mercantil o el pastiche, sino que debe ser un potente instrumento de articulación conjunta y de reivindicación de la identidad andaluza.

  1. Estrategia política. ¿Cuáles son los elementos clave que debemos tener en cuenta para diseñar nuestra estrategia política en esta cita?

3.1. Más poder municipal andaluz para más y mejor democracia

Las elecciones municipales son siempre la oportunidad para aplicar la máxima del pensamiento global, actúa local. Defender y conseguir nuevos derechos es defender y fortalecer la democracia. Poner los poderes institucionales locales al servicio del bien común es avanzar hacia una democracia plena. El poder local es la base de una democracia republicana y federal.

Podemos Andalucía es un partido/movimiento cuya palanca ideológica, explícita o implícita, en cada acción y propuesta es la aleación del feminismo, del socialismo, la ecología y el andalucismo, consiguientemente una herramienta para el pueblo andaluz, enraizada en sus pueblos y ciudades, que permite avanzar hacia un horizonte republicano y federal con los lápices de un nuevo socialismo para el siglo XXI. Podemos Andalucía, dentro de Podemos, tiene ya una amplia experiencia de lucha y reivindicación, propositiva y, muy importante, una gran experiencia de gobierno. Por ello, es el momento de afrontar unas elecciones municipales con proyecto propio que pongan en valor todo lo conseguido desde la irrupción en las elecciones europeas de 2014, como demostración de que Sí se puede. Un proyecto propio no significa desconocer, entorpecer o descartar posibles alianzas tácticas o estratégicas con otras organizaciones o movimientos ciudadanos. La política útil para la gente no se hace desde el adanismo, el historicismo, el ensimismamiento o la soberbia.

Podemos llegó a la política para cambiarlo todo y no es poco lo que ha conseguido. Aún queda por hacer. Las elecciones municipales son una oportunidad para avanzar en el fortalecimiento de un proyecto de emancipación y profundización democrática territorializado, para defender causas, construir y fortalecer partido. Extender la siembra y echar raíces. Será fundamental, como lo ha sido desde el origen de Podemos, tener voluntad real de poder, querer gobernar, que se cumplan los acuerdos, y no ser mera muleta de apoyo de proyectos menos comprometidos con la democracia y los derechos referidos. Pelear los objetivos, las causas y las propuestas concretas dentro del poder de las instituciones, y fuera de ellas denunciar sin cortapisas a los poderes económicos y a las instituciones o partidos que se resisten a cumplir los acuerdos políticos a los que se haya podido llegar.

La voluntad de poder que debe impregnar el programa de Podemos para los municipios ha de significar voluntad de llegar a los gobiernos municipales con la máxima fuerza posible. Una vez en ellos, la aplicación del programa chocará en Andalucía con los intereses de quienes han dominado la política municipal durante decenios, el sector turístico y el de la construcción, las empresas dedicadas a la gestión del agua, los residuos, la movilidad, la limpieza, la jardinería urbana o la dependencia, la inmensa mayoría de esos poderes y empresas dependientes o radicados en territorios fuera de Andalucía. Ahí empezará, como en el gobierno de España, la auténtica batalla contra quienes han puesto y siguen queriendo poner las instituciones públicas al servicio exclusivo de sus intereses. Por eso es imprescindible aprovechar el empuje de las elecciones municipales para crear y fortalecer organización territorializada, para actuar desde Andalucía como proyecto federal y federalizante del proyecto Podemos en el Estado, un proyecto sin duda cooperativo con otros de Podemos en otras autonomías, en algunas de las cuales se celebrarán conjuntamente las elecciones municipales y autonómicas.

La voluntad de poder de Podemos Andalucía debe estar simbolizada por la bandera de Andalucía, que no puede dejársela a la derecha del presidente andaluz, para su apropiación y la ocultación con la misma del mantenimiento de un territorio andaluz colonizado y dependiente de decisiones que se toman en Madrid. La bandera andaluza debe ser un elemento simbólico común en todos los actos municipalistas de Podemos Andalucía. Eso, junto con la transversalidad de propuestas de cooperación, para la demanda de soluciones a problemas comunes e inversión que articulen las relaciones socioeconómicas entre los municipios andaluces, expresará un proyecto andaluz con fuerza, cooperativo y en común.

También resulta imprescindible la presencia de nuestras ministras y nuestros liderazgos andaluces en la campaña electoral. Podemos debe sacar a pasear su fuerte identidad de impugnación de quienes mantienen políticas que han condenado a nuestros municipios al vaciamiento, la desindustrialización, el desempleo, la pobreza, la desigualdad, la contaminación, la desnaturalización y el expolio de los recursos comunes, sean bienes o servicios públicos. La experiencia de gobierno en el Estado y los éxitos acumulados son el principal aval de nuestras candidaturas municipalistas.

La estrategia municipal debe poner en manos expertas las tácticas para vencer al poder mediático que sin duda atacará nuestro proyecto, lo ocultará o lo despreciará como ha hecho desde su nacimiento. La batalla mediática hay que darla también en el campo electoral, sin miedos a la invisibilización, al boicot o a la mentira. Es imprescindible aprovechar cualquier contienda electoral para construir poder mediático democrático. La batalla cultural ideológica contra la verdad y la emancipación, lo vemos y sufrimos a diario, tiene su ejército y sus arietes en el actual poder mediático. Podemos debe poner en el centro de su agenda el derecho constitucional a una información contrastada y veraz.

El espacio de disputa electoral se define en confrontación con la derecha dentro de los marcos propios que interpreten la realidad fuera de la inevitabilidad de la guerra, del cambio climático y de sus consecuencias visibles. Fuera de la resignación a la subalternidad de Europa al imperio belicista de los EE.UU, y fuera de la subalternidad del PSOE a la dinámica de la guerra. El voto municipal va a estar condicionado por el contexto mundial, lo inmediato, local y próximo hay que dibujarlo sobre el lienzo de los actuales problemas geopolíticos y ecológicos globales. Apoyamos iniciativas dialogadas de paz para parar la guerra en Ucrania.

Defender la democracia y el bienestar de la gente a nivel municipal supone disputar con claridad el voto al PSOE, denunciando su frecuente obstruccionismo en políticas sociales, feministas, económicas y ambientales y su habitual diferencia entre lo que promete y lo que finalmente hace o está dispuesto a hacer. Casi todos los avances conseguidos en el gobierno han sido fruto de la presión de Podemos.

Defender la democracia es definir un proyecto que no busca sillones ni mantener sedes o personal liberado, que no depende financieramente más que de la gente y que no está dispuesto a cambiar sus objetivos y programa por ocupar despachos. Eso debe quedar meridianamente claro.

3.2. Condición estratégica del municipalismo andaluz

El municipalismo andaluz ha dejado atrás años convulsos de la crisis económica provocada por la especulación financiera. Una crisis que ha dejado heridas y situaciones de riesgo financiero y que ha mermado la autonomía financiera municipal. La política del Gobierno de España, que ha operado reformas que han afectado al sector público en general, y al local en particular, no ha impedido que algunos de estos problemas, como el de la liquidez municipal permanecieran o de nuevo, en algunos casos, reapareciera con más desabrimiento si cabe.

No obstante, las medidas adoptadas en estos últimos años han permitido superar la coyuntura y las haciendas locales han mejorado sus condiciones respecto de otras Administraciones, por un lado, con el diseño de mecanismos de liquidez que han permitido cumplir con las obligaciones de pago a proveedores. En este caso con distintos niveles de eficiencia, se ha introducido, así mismo, mayor orden y método presupuestario, generando mayor viabilidad, en general, a las corporaciones locales.

Se ha ido reforzando la capacidad recaudatoria del IBI, que ha permitido una mayor estabilidad de los ingresos en las arcas municipales, pudiéndose decir, con la debida prudencia, que los Ayuntamientos han recuperado, en conjunto, la estabilidad presupuestaria y han contribuido al crecimiento del PIB andaluz. Sin embargo, el esfuerzo inversor de los municipios se ha reducido a la mínima expresión, su mayor esfuerzo se destina a amortizar deuda, lo que contrasta con tiempos anteriores en los que, en torno al 40% de la inversión pública la protagonizaban Ayuntamientos y Diputaciones.

El mapa local andaluz lo componen 785 municipios, repartidos en ocho provincias, Granada reúne en su territorio 174 municipios, en tanto Sevilla 104, Córdoba 77 o Cádiz 45, lo que nos hace una idea de la necesidad de tener en cuenta la geografía y la distribución poblacional a los efectos de encontrar un mejor equilibrio presupuestario y de eficiencia en la inversión pública municipal que disminuya la gran desigualdad entre grandes y pequeños municipios, sobre todo, para asegurar la prestación de servicios básicos a los ciudadanos con la finalidad de que se extinga la existencia de municipios de segunda categoría y se frenen los fenómenos de vaciamiento en algunas comarcas andaluzas.

Es por ello, por lo que se hace imprescindible un pacto municipal de ámbito andaluz que tenga como objetivo, no solo no perder relevancia en la gestión del gasto público sino también afrontar el futuro con mayores garantías y atraer talento y desconcentrar la actividad empresarial. Se trata de viabilidad en la institución municipal, o si se quiere el municipalismo, desde la profundización democrática del mismo, dando respuestas a las importantes demandas sociales que a nivel local son imprescindibles para la mejora, en síntesis, de la calidad de vida, productiva, servicios públicos y medioambiental.

En este contexto, cobran un papel estratégico político de primer orden las políticas locales que, mediante la utilización y el empleo efectivo de los diversos recursos con los que cuentan los municipios (culturales, medioambientales, tecnológicos, técnicos, financieros, físicos y humanos), se dirigen a satisfacer las demandas y necesidades de todas. Es lo que se conoce como desarrollo local, que se constituye como pieza básica de la defensa y avance del Estado de bienestar y de la democracia, promoviendo e impulsando la transformación del aparato económico en una herramienta que genere beneficios a las personas a través de la prestación de servicios municipales, lo que constituye un pilar básico y estratégico de la acción política y de poder municipal para más y mejor democracia. Los ayuntamientos deben convertirse en dinamizadores de generación de empleo local de calidad, para ello deben introducir en sus concursos y procedimientos públicos para compra de bienes, concesión de servicios y contratación de cualquier tipo de bien, cláusulas decisivas sociales, de género, ecológicas y de calidad en el empleo, así como valorar el domicilio fiscal y social de las empresas que participan en los mismos. La fiscalidad debe tener una función social, ecológica, de promoción de la igualdad de género y de redistribución del poder económico en el estado y dentro de la propia Andalucía. Es indudable que la fiscalidad sobre las formas motorizadas privadas de movilidad, sobre la acumulación de propiedad inmueble inutilizada, sobre la producción de residuos, sobre el consumo de agua, sobre el sector turístico y la restauración debe condicionarse a pautas de reequilibrio social entre barrios, gravando el daño social, ecológico y la desigualdad, e incentivado las buenas prácticas individuales o empresariales.

  1. Alianzas. ¿Cómo debemos afrontar nuestra política de alianzas y confluencias en nuestros municipios?

4.1 Cooperación y democracia municipalista

La política de alianzas ha de entenderse en el terreno municipal en un sentido muy amplio y nada sesgado, debe ser flexible y adaptarse a la realidad de cada municipio. En este sentido, un proyecto municipalista amplio también se describe por qué tipo de alianzas preelectorales y postelectorales. En esa alianza se incluyen los sindicatos de clase y la sociedad civil organizada. La necesidad de sumar actores, en un panorama de apoyos sociales y electorales menguantes, se convierte en una necesidad y en una obligación para alcanzar el cambio real de las cosas.

Hay que entender que no se trata de realizar alianzas políticas basadas, en palabras de Borges, más por el espanto que por el amor, ya que estas están plagadas de conflictos y no obtienen buenos resultados, como ha demostrado Por Andalucía, sino de realizar alianzas lo más amplias posibles con los actores políticos de la izquierda, y con personas independientes que quieran apoyar procesos de confluencia basados en un programa claro de transformación social, con documentos éticos, con estructuras participativas y democráticas, siguiendo los ejemplos exitosos de Granada Se Encuentra, Barcelona en Común, o La Laguna Si Puede, que ha llevado a gobernar, cogobernar y mejorar sustancialmente la política presupuestaria haciéndola más justa y socialmente distributivas en instituciones importantes y comenzar a aplicar políticas transformadoras. Las alianzas deben de realizarse con la convicción de su utilidad y con lealtad por parte de los actores. Por tanto, un panorama competitivo entre las organizaciones de izquierda provocará ceder muchos ayuntamientos, (tal y como ha ocurrido, por ejemplo, en las últimas elecciones andaluzas) a la derecha por ausencia de oponente.

Hay que sacar dos lecciones del período 2015-2022: 1. Cuando los actores compiten dentro de las alianzas y no son leales con el proyecto compartido, los resultados son peores e incluso puede llegar a la desaparición, como ha ocurrido en Galicia. La gente nos vota para demostrar que podemos realizar una política colaborativa, porque para la competitiva están ya las fuerzas del bipartidismo, cuya herencia es demoledora en la participación democrática, haciendo peor democracia. 2. Se tiene que tener un programa potente, realizable, innovador y bien estudiado, para antes de las elecciones, que sea realista y aplicable desde el minuto uno en el que se alcanza la institución, lo que se contrapone a realizar políticas simbólicas, que son importantes, pero insuficientes para lograr transformar la realidad y mantener dichos gobiernos.

En la situación política actual, con una derecha crecida por la victoria en Andalucía, nuestro proyecto municipalista debe ser visible y el capital político de Podemos acumulado en ocho años de existencia, debe ser puesto al servicio de la gente, nuestra finalidad es acceder a las instituciones para gobernar. Por lo tanto, el espacio que queremos construir debe actuar con responsabilidad y altura de miras. No sólo nos jugamos las elecciones locales, y cuatro años perdidos, sino que a través de la mayor y mejor representación en los Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales sesgará de plano el trampolín de derecha para que los partidos de la corrupción y del estado profundo consigan el gobierno central con consecuencias nefastas para las clases populares y medias y, por supuesto, para la democracia, que se verá seriamente dañada.

Para que estas alianzas amplias tengan éxito hay que tener en cuenta varios factores, que la alianza sea coherente, leal, solidaria y sólida (con documentos firmados por todas las organizaciones), que haya instrumentos democráticos de participación, elección de cargos en primarias y de rendición de cuentas ante las asambleas, y que se haga un estudio de la realidad concreta de cada municipio desde diversos puntos de vista para poder concretar los programas electorales, las estrategias de campaña y comunicativas (realidad social, encuestas electorales, situación de los ayuntamientos, posibles alianzas sociales y sindicales, etc.).

4.2. Políticas de alianzas

  1. Con los sindicatos de clase

En este caso, la alianza es para recoger las demandas de los trabajadores y trabajadoras y participar en movilizaciones por la lucha de los derechos laborales. Es necesario ser conscientes, e influir a favor de los trabajadores/as en el conflicto Capital-Trabajo, ya sea a través de acciones comunes con los sindicatos, como con la actividad legislativa, etc. Es necesario intentar convertirnos en el partido del mundo del trabajo como eje fundamental, a la vez que luchamos contra la precariedad, contra las condiciones de trabajo leoninas, etc., que asolan nuestras localidades. Así como trabajar y estrechar relaciones con los sindicatos de clase, poniendo a su disposición nuestro altavoz institucional para que se escuche en los consistorios sus demandas.

  1. Con movimientos sociales, vecinales y de tejido asociativo

Con los movimientos sociales nuestra relación es de apoyo, de no captación y/o absorber los movimientos. Podemos lo que hace es reforzar a dichos movimientos, apoyando sus movilizaciones, servir de cauce para trasladar sus propuestas a las instituciones. También hay que establecer relaciones con el tejido asociativo, intentando recoger las propuestas de las asociaciones de vecinos, del potente movimiento en defensa de los consumidores.

Así mismo, estimulando el activismo social por unos precios dignos del alquiler que permitan a la gente joven emanciparse y tener un proyecto de vida al igual que reducir la pobreza de las personas trabajadoras precarias y, por supuesto, lograr que los Fondos Europeos no caigan en los mismos bolsillos de la corrupción política y en los grupos de presión que hay detrás de un gobierno de la derecha. En definitiva, movilización en conexión con los movimientos sociales y los sindicatos.

  1. La unidad de acción política o espacio común de encuentro

La unidad de acción política, tal y como la entiende Podemos Andalucía es el espacio común de encuentro entre la ciudadanía organizada y los partidos políticos de la izquierda transformadora y opuesta al neoliberalismo, en la que se incluyen los ecosocialistas, el ecologismo y el feminismo, andalucistas y federalistas, socialistas, comunistas y gentes culturalmente progresistas. Es un lugar de encuentro y confluencia abierto y participativo, sin ánimo de control, del espacio independiente progresista de participación política y movimiento civil y/o ciudadano, donde, a su vez se aporta trabajo colectivo en la elaboración de un proyecto común de cambio global, al tiempo que sectorializado. La unidad de acción política es un espacio de trabajo para determinar un programa de gobierno, generando mayorías locales de progreso, que tiene como condición favorecer la elección de las candidaturas mediante elecciones primarias, lo que favorece el consenso con otras organizaciones y partes del espacio de encuentro, no entrar en enfrentamientos, ni divisiones, el respeto mutuo, la lealtad y la confianza en el proyecto común de cambio.

  1. ¿Qué alianzas políticas?

La política de alianzas post-electoral está clara, sería con el PSOE-A, para replicar el modelo del Gobierno central en Andalucía. Nuestro objetivo es gobernar y la opción política más lógica es hacerlo con los socialistas andaluces, si bien y, así mismo, debemos intentar articular procedimentalmente un proceso de confluencia electoral con IU que evite situaciones límite agónicas como las vividas y que hacen daño al proyecto emancipador en su conjunto y a los intereses del pueblo andaluz. Al igual que hay que explorar alianzas con otras fuerzas de la izquierda (AA, MP-EQUO, Alianza Verde, confluencias municipalistas, andalucistas de izquierdas, etc.), siempre teniendo en cuenta las situaciones locales. Habría que realizar una apuesta por la construcción con estas fuerzas y con la sociedad civil organizada, de asambleas locales democráticas a la que los concejales y concejalas electos/as responderían, como, por ejemplo, en Granada Se Encuentra o Barcelona en Común, generando un espacio de participación ciudadana, ensanchando los apoyos, poniendo la inteligencia colectiva al servicio de la transformación social y así evitar duplicar los esfuerzos de análisis y propuestas, alentando los espacios de coordinación y apoyo mutuo.

En definitiva, la alianza política municipal que proponemos es crear un espacio común de encuentro con la sociedad civil, o si se quiere con la ciudadanía organizada con la finalidad de confirmar una mayoría social transformadora que sirva de palanca para reeditar un gobierno de coalición progresista y sentar las bases para el cambio político en Andalucía.

“ Hay cosas en los muros, que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo”

Federico García Lorca

Granada, Septiembre del 2022

Firmantes

José Eduardo Muñoz Negro

Circulo Granada Centro-Ronda

Elisa Cabrerizo Medina

Círculo Albaycin

Pedro González de Molina Soler

Militante de Podemos

Marie Lacroix

Círculo Albaycin

José Pedrosa Labrador

Círculo Albaycin

Otilia Carrasco Hernández

Círculo Camino de Ronda-Centro

Miguel Martín Velázquez

Círculo Norte Beiro

Rosana de Matos Silveira Santos

Círculo Zaidin

Salvador Soler Garcia

Círculo Norte Beiro

María Raquel Torres Carretero

Círculo Norte Beiro

Gabriel Botias Morillas

Círculo Realejo-San Matías,Barranco del Abogado

José Luis González Gil

Círculo Norte Beiro

Rafael Jiménez Castillo

Círculo Zaidin

Francisco María Del Río Sánchez

Círculo Realejo-San Matías,Barranco del Abogado

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