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Podemos en las municipales

Preámbulo

La actual Conferencia Municipalista se enfrenta, quizá, al reto más complicado de toda la historia de Podemos. El clima político a nivel nacional derivado de la continua manipulación de la opinión pública, la desafección política derivada de lo anterior —sentido entre muchas como producto de una resaca, rebote del enorme y rápido crecimiento de Podemos, las altas expectativas y el voluble sentir de gran parte de la ciudadanía que exigía cambios inmediatos— y de los recientes resultados electorales en los comicios autonómicos son los principales factores a tener en cuenta.

No obstante, Podemos debe mirar hacia dentro y analizar el estado de su propia estructura orgánica y militante.

Acusada la primera de inoperante ante los retos que suponía la formación de una alianza entre distintas fuerzas de la izquierda andaluza —hecho reconocido con la boca pequeña y sin consecuencias visibles por los propios responsables— y presa la segunda de un sentimiento de orfandad y desasosiego, los retos, a apenas ocho meses de la cita municipal, se presentan mayúsculos.

Mayúsculos tanto por la propia situación de implantación —dimisión o desactivación de algunos Círculos a cuenta ya no de los resultados, sino del camino tomado para llegar a éstos, siendo primordialmente la tensión con el otrora socio natural Izquierda Unida y una percepción, en ocasiones, demasiado visceral, de su política de pactos el desencadenante—, como por las posibilidades electorales tras un fracaso en la comunicación de los irrefutables éxitos cosechados en el Gobierno Central.

No obstante, pese a las dificultades, existe una innegable oportunidad de incidir realmente en las políticas municipales, verdadero corazón de la política nacional por ser la más cercana al ciudadano. El crecimiento de la derecha y la ultraderecha, visto en todas las encuestas y, lo que es más importante, en los resultados electorales, abre la puerta a la creación de pactos de gobierno aún con una menor representación.

Sin embargo, ha de señalarse que, a tenor del análisis pormenorizado de los resultados electorales autonómicos —y con el debido cuidado en su interpolación— en torno al 30%-40% del voto de la confluencia Unidas Podemos/Por Andalucía (teniendo en cuenta que el voto a otros partidos no sumaría más de un 10%) pertenece a Izquierda Unida.

Habida cuenta de que la traslación de escaños supone una pérdida de 2-3 confluentes por cada escaño ganado en solitario, resulta indispensable una política de pactos que busque equilibrio —y no liderazgo, verdadera bandera roja— en sus formas y aplicaciones.

Por último, no podemos dejar de ser conscientes de que el proyecto de Sumar, con todas sus implicaciones políticas internas y sus interrogantes sobre su forma final, es el camino percibido por gran parte de la ciudadanía de izquierdas como el paso a tomar. Esto es, la verdadera unidad de la izquierda bajo un proyecto de índole social.

Resulta innegable la necesidad que los municipios andaluces tienen de un proyecto político que dibuje una ciudad centrada en los intereses de la gente. Las inquietudes sociales, ecologistas, animalistas, laborales son tomadas por las corporaciones locales actuales como un ancla publicitaria del que sacar rédito electoral con muy buenos resultados. A la vista de esos resultados, cabe hacer el análisis de qué instrumentos, resortes y discursos se están utilizando para mantener y acrecentar el statu quo político.

Por otro lado, es imprescindible identificar los recursos con los que cuenta la organización para establecer los cursos de acción a tomar. Tomando como partida la realidad actual debemos, con compromiso, dedicación y organización, conformar un proyecto de cambio definido y definitorio.

A ese respecto, no podemos olvidar tanto los orígenes de Podemos como actor político, nacido de las reivindicaciones del 15-M y otros movimientos sociales contestatarios a la situación; como el propio origen y desarrollo del Círculo y sus diversas manifestaciones, contando también con, en muchos casos, la bicefalia, al menos públicamente, en representación institucional (en ocasiones como representante no adscrito) y Círculo/CCM. Es importante señalar que ambas cronologías se repiten en muchos municipios en tanto significan sentimientos, inercias, afecciones y desafecciones provenientes de la doble ruptura, por parte del movimiento errejonista y por parte de Teresa Rodriguez, que produjeron en algunos territorios profundas cicatrices. Comprensión, humanismo y moderación deben ser los ejes analíticos y discursivos en este proceso, al fin de aunar en el proyecto a cuantas voluntades puedan sentir afinidad, en el marco de un horizonte de confluencia transversal.

Precisamente la transversalidad debe ser el motivo central de la nueva política organizativa de Podemos y de los movimientos de unión que se están dando en la actualidad. Este análisis cuenta con dichos acontecimientos.

Análisis general

¿Qué factores políticos tienen más influencia en el contexto municipalista?

Como se decía en el preámbulo, la escena nacional cada vez se filtra más en el ámbito municipal, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez más actores municipales son portada de primera fila por diversas razones (Colau, Carmena, Almeida, Kichi, Caballero).

Obviando el ámbito propagandístico y de espectáculo político, debemos señalar que son las problemáticas de ámbito municipal las que se están utilizando para, por un lado, erosionar al gobierno central, y por otro, realizar un argumentario patriótico.

A este respecto podemos enunciar las supuestas okupaciones, la inseguridad ciudadana, el impacto de la emergencia climática (con el Gobierno aprobando decretos en busca de minimizar éste, mientras los ayuntamientos se dedican a la tala indiscriminada e interesada, como se ha visto en Sevilla con el ficus de San Jacinto) o el contexto de la transición energética, con ciudades (sobre todo pequeñas y medianas) con importantes problemas de movilidad, eficiencia energética de edificios públicos y del alumbrado público.

En cuanto al impacto ciudadano, señalemos que los ayuntamientos son los primeros en incumplir las recomendaciones y normativas en relación a la transparencia, la contratación pública y las licitaciones de servicios.

Puntos importantes a destacar son:

  • La pretendida incompetencia municipal para la creación de empleo. Como bien sabemos la competencia pública real recae en las autonomías, pero es conocido el papel generador de empleo que tiene un ayuntamiento tras decidir apoyar de una forma u otra determinados proyectos empresariales, amén de bonificaciones fiscales y burocráticas, cuando no de servicios públicos derivados para la facilidad del negocio en cuestión —apertura o desvío de líneas de transporte público, recalificación de suelo o trampeado de las ordenanzas municipales, que sin ser plenamente ilegales, resultan totalmente irregulares pero que son de una normalidad escalofriante.

  • El oscurantismo y hermetismo de las cuentas y decisiones municipales, escudados en que la transparencia se realiza a través de otros organismos, secundado por un autocrático modo de gestión de la mayoría de ayuntamientos, retrasando hasta lo posible la entrega de documentación a los grupos de oposición para comisiones y plenos, dificulta el desarrollo democrático. Este comportamiento se reviste de situaciones de urgencia para soslayar el tiempo necesario y la inexistencia o falta de publicidad donde los hay, de medios de control ciudadano de los propios plenos (plenos cerrados a cuenta de la pandemia aunque la administración pública haya eliminado las restricciones, videoactas inexistentes o de difícil acceso, entre otras).

  • El nivel de propaganda política disfrazada de institucional en medios de comunicación, tanto públicos como privados, verdaderos caballos de batalla en lides electorales, que actúan como altavoces permanentes.

  • Las políticas sociales, que suponen entre el 10 y el 30% del presupuesto municipal (dependiendo del tamaño del municipio), muchas veces destinadas a paliar los efectos de la inaplicación de clausulas sociales en la contratación pública y el fomento de la gran superficie sobre el pequeño comercio. Estas políticas sociales, al igual que las bolsas de empleo público, son utilizadas por no pocos ayuntamientos como caladeros de voto cautivo.

  • La planificación urbanística, verdadero vertebrador político-territorial, que determina la acción empresarial, social y política durante décadas, y donde mayor corrupción se ha acumulado históricamente. Además, los modelos de ciudad que se destilan de los planes de ordenación modifican la realidad social tanto de las zonas aplicadas como de las bolsas de pobreza creadas por desigualdad. Como ejemplo, la aplicación de nuevos desarrollos urbanísticos (tanto residenciales de baja densidad, como empresariales de gran superficie) dibujan un panorama de concentración de riqueza frente a una clase trabajadora cada vez más frágil (pero no siempre consciente de ello).

 

Programa electoral: propuestas marco, comunes a todas las candidaturas

En realidad, las dificultades y necesidades sociales municipales son las mismas, aunque agravadas, que las que motivaron los programas electorales anteriores, incluso a nivel nacional. La aplicación local de las políticas marca Podemos, que no son sino una traslación del sentir de la calle y del propio sentido común social, deben ser el eje de acción a seguir, repriorizadas, eso sí, por los más que reales efectos de la emergencia climática. Con este pensamiento, se proponen algunas medidas marco.

Municipios Verdes.

Emergencia climática.

La emergencia climática será durante los próximos años uno de los mayores retos a los que gobiernos de todos los ámbitos deban hacer frente y supondrá un esfuerzo multidisciplinar, pluricompetencial y de marco mental para cambiar la actual situación y paliar o revertir los efectos climáticos en la vida social y económica de nuestro país. Más aún los municipios de Andalucía, tanto costeros como de interior, que son especialmente proclives a sufrir los más duros reveses, con olas de calor más críticas, sequía y la más que probable aceleración de la despoblación rural y abandono de tierras de cultivo por falta de servicios adecuados. En las ciudades, un impacto climático aún más acusado por la creación de microclimas extremos.

Municipalización de la comercialización energética.

Aunque recuperar los servicios públicos forma parte del ADN de Podemos, se ha planteado tradicionalmente como un esfuerzo de oportunidad, como vimos con la sanidad con la pandemia, o con la educación tras los recortes posteriores a ésta. En este sentido, la defensa de lo público debe incidir también en su utilidad frente al reto climático, rompiendo el esquema de negocio impuesto por el oligopolio eléctrico sin esperar a que Europa o el Gobierno Central entren a actuar en la bajada de la factura energética, pieza clave en el desarrollo económico pero también social de nuestras ciudades. Hemos de desterrar la pobreza energética de nuestros hogares más allá del Bono Social Eléctrico, insuficiente ante escenarios de subida (y aprovechamiento) del IPC. La municipalización de la comercialización eléctrica, que además fomente el autoconsumo y las comunidades energéticas mediante la articulación de talleres y vehiculación de ayudas supramunicipales, es más necesaria que nunca.

Refugios climáticos

Siendo la región más castigada del país europeo más vulnerable, Andalucía se sitúa no solo a la cola, sino en muchas regiones es directamente inexistente la posibilidad de la creación y disfrute de una red de refugios climáticos que ayuden a pasar las peores horas y, fomenten, además, la interacción social.

Plan Árbol

La falta de cuidado y el sometimiento legal del árbol como bien mueble (por un anticuado Código Civil de 1889), además de la falta de una legislación nacional (incluso autonómica) del árbol urbano permiten la actual situación de alegalidad en el tratamiento de las zonas arboladas urbanas, supeditadas en la mayoría de los casos a intereses urbanísticos particulares, no del común. El inventariado, profesionalización de los cuidados y elección de la especie arbórea adecuada al entorno por encima del ornato permitirán disminuir la temperatura en las localidades, mitigar el ruido y mejorar la calidad del aire, además de rebajar los niveles de estrés y ansiedad —como demuestran numerosos estudios sobre fisiopatología y naturaleza— amén de favorecer la biodiversidad, especialmente de avifauna, singularmente vulnerable por la degradación del ecosistema urbano y periurbano.

Aplicación de las políticas de bienestar animal al cuidado municipal. Abandono, control de animales y urbanismo

Resulta indispensable hacer valer los cambios legislativos en el ámbito municipal, donde son sistemáticamente vulnerados tanto por la desidia de los munícipes, como por los intereses económicos de empresas de gestión y sacrificio. Igualmente, la implantación, desde el Consistorio, de métodos de control de población de algunas especies, algunas por encontrarse protegidas, otras por sobrepoblación, como los gatos callejeros. El urbanismo, en este sentido, también debe ser reformulado para mejorar la vida de los seres sintientes.

Transición energética municipal

Si bien existe normativa al respecto, la inercia de un ayuntamiento es tendente a cero respecto a los cambios, por lo que debe acelerarse la digitalización de la administración y el papel cero (reduciendo residuos), así como la adopción de reglamentos de consumo responsable. De igual manera, el consistorio debe realizar planes de adecuación y reducción de pérdidas en el riego público —tradicionalmente despilfarrador—, el almacenaje y reciclaje de agua pluvial en fuentes públicas y corredores verdes. De igual manera, se ha de plantear la posibilidad de proteger los edificios públicos no históricos con cubiertas vegetales como defensa climática y elemento reductor del gasto en climatización.

Aplicación voluntaria y adelantada de las Zonas de Bajas Emisiones

La aplicación voluntaria, adelantada y valiente de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, de 2021, que recoge la implantación de Zonas de Bajas Emisiones en ciudades con más de 50.000 habitantes y en aquellas de menos de 20.000 que superen ciertos límites ha de ser una herramienta de transformación del paisaje urbano y viario de nuestras ciudades mediante el alejamiento del tráfico rodado contaminante, ya peatonalizando o creando plataformas de prioridad peatonal (ciclocalles, plataforma única de calzada estrecha, entre otras), ya con el fomento de medios de transporte urbano sostenibles y eficientes.

Recuperación de Vías Pecuarias, Zonas Verdes Reales y caminos públicos

Pese a la existencia de extensa normativa al respecto, no son pocos los caminos públicos, vías pecuarias y cañadas donde se mira para otro lado y se favorece el interés particular frente al general. La publicación de un inventariado de caminos públicos así como la creación de programas de replantación y cuidado ciudadano de los espacios verdes fomentaría el uso de estas antiguas vías de comunicación entre pueblos por medios de transporte sostenibles.

De igual forma, ha de considerarse la denominación y la percepción ciudadana de las zonas verdes, pues se etiqueta como tal en demasiadas ocasiones solares y calveros sin aprovechamiento vegetal.

Huertos urbanos y suelos comunales

Ya como autoconsumo —o consumo colectivo de cercanía, de establecerse como granjas-escuela o parte de talleres formativos productivos conducentes a contratación—, los huertos urbanos ofrecen serias alternativas al aprovechamiento de pequeñas parcelas de titularidad municipal o comunitaria (zonas al aire libre entre edificaciones, de titularidad privada pero gestionadas por el ayuntamiento en su adecentamiento), creando comunidades y favoreciendo la fijación del suelo, evitando degradación de espacios, sirviendo como terapia ocupacional y complementando el resto de acciones encaminadas a crear zonas climáticamente neutrales.

Recuperación y puesta en valor, incluso productivo, de las bolsas de suelo comunal existentes, así como creación de nuevas.

Renovación del parque móvil municipal

Un análisis de los parques móviles de las ciudades andaluzas nos ofrece el desolador panorama de vehículos que incluso no cumplen con las directivas europeas de emisiones de hace dos décadas. Estos parques anticuados aumentan la incidencia de averías, accidentes y, evidentemente, los costes en combustibles, amén de la propia huella de carbón. Se hace necesaria una renovación sostenible de estos elementos públicos.

Municipios Activos

Comercio local y de cercanía

El fomento real del comercio local redunda en la creación y fijación de puestos de trabajo, arraigamiento social y comunidades fuertes, frente al modelo de explotación de grandes superficies y multinacionales que, como se ha visto repetidamente, aumentan sus márgenes de beneficio a costa de la calidad de los productos y de los derechos laborales. Por otra parte, en gran parte de nuestros municipios rurales se produce y transforma un alto porcentaje de productos agroalimentarios. Debe fomentarse la creación de cooperativas productoras que tengan distribución de última milla.

Fomento del asociacionismo libre

El tejido asociativo de nuestras ciudades debe ser cuidado y fomentado con mimo, denunciando y desterrando la costumbre de las subvenciones-mordaza y el control efectivo por parte de los poderes públicos. La asociación debe ser realmente libre, como un vehículo de expresión ciudadana.

Creación y fomento de actividades ludico-formativas

Poner en valor como alternativas de ocio joven y ocupación mayor programas reales de nuevas tecnologías, alfabetización digital, robótica, impresión 3D, locales de ensayo y creación cultural.

Creación de programas de acompañamiento de la 3º edad

Se debe crear desde el ámbito municipal programas de acompañamiento de personas mayores no alojadas en residencias, con control de medicamentos en colaboración con farmacias (existen iniciativas ya iniciadas en ese sentido), suplementarios a la atención a la dependencia. Cuidar de nuestros mayores es cuidar de nuestra ciudad.

Inclusión de cláusulas sociales en la contratación pública

Como se ha dicho anteriormente, la administración local puede hacer valer clausulas sociales en la celebración de contratos públicos, rebalanceando el poder económico en ofertas realizadas por grandes empresas —sobre todo en contratos públicos de servicios críticos, como la basura o la ayuda a domicilio— fomentando la oportunidad local de crear empresas de base social. Igualmente, esta clausulas permitirán un seguimiento más efectivo de los convenios celebrados.

Municipios del común

Remunicipalización de concesiones y servicios

Gran parte de los servicios públicos de nuestros municipios se encuentra actualmente en manos de empresas privadas de gran poder, como FCC, Clece o Acciona que, sin embargo, incumplen sistemáticamente los pliegos de condiciones, vulneran los derechos laborales y juegan con el salario de la gente. Además, se convierten en jaulas de votos puesto que la contratación termina siendo controlada desde el ayuntamiento.

Aumento de la Transparencia

No existe democracia real sin información veraz de los asuntos públicos. En muchos ayuntamientos los Portales de Transparencia son inexactos, desfasados y difíciles de comprender por la mayoría de ciudadanos, amén de los impedimentos que suelen presentarse para la verificación de contratos públicos, planes urbanísticos u otra documentación pública que debería tener un fácil acceso.

Participación Ciudadana

Debemos aumentar la participación ciudadana y la toma de decisiones colectiva creando y publicitando figuras como el Escaño Ciudadano, donde la ciudadanía tenga tiempo reservado en los plenos para presentar sus demandas, y la creación de Consejos Consultivos Ciudadanos, compuestos por actores sociales que participen en la discusión política pública.

Presupuestos participativos

Creación de programas de consulta ciudadana donde se recojan sugerencias y propuestas ciudadanas para la aplicación de partidas presupuestarias, con exposición y votación pública.

Control de la Planificación Urbanística

Creación de programas de control ciudadano de la planificación urbanística, desterrando de este modo la especulación y la corrupción asociadas a este tipo de política mediante el escrutinio y publicación de registros públicos.

Creación y/o modificación de Medios Públicos de Comunicación

Se deben crear y/o modificar los Medios Públicos de Comunicación de titularidad municipal, tanto para ampliar su pluralidad —no son instrumentos propagandísticos del partido en el poder, sino un órgano de expresión democrática—, como su utilidad real para la ciudadanía.

Datos Abiertos y Gobierno Ciudadano

Los ayuntamientos deben proveer al ciudadano de datos abiertos reutilizables. Estos datos además de servir a la propia ciudadanía en su control al gobierno (conociendo, por ejemplo, los estados de ejecución presupuestaria) , pueden ser aprovechados por empresas para localizar sectores de oportunidad, fomentando el crecimiento económico de nuestros municipios

Accesibilidad real

La movilidad peatonal en nuestras ciudades es el gran desafío pendiente en la arquitectura urbana, pensada primordialmente para el coche. Aprovechando el replanteamiento que la emergencia climática supone y la necesidad de acometer obras para la implantación de ZBE, debemos apostar por ciudades más accesibles, observando la diferencia funcional y los trayectos naturales.

Estrategia política. Elementos clave para el diseño de campaña

El diseño de la campaña y de la estrategia política debe estar marcado, en primer lugar, por el profundo conocimiento de la realidad local, algo que sólo pueden llevar a cabo los Círculos y los Grupos Municipales allí donde existan.

El análisis de las fortalezas y oportunidades, así como de las debilidades y amenazas, junto con el conocimiento del conjunto DAFO de nuestros rivales y aliados, nos permitirá sostener con mayor peso y probabilidad elementos clave para el desarrollo de las campañas.

Resulta obvio señalar que en los municipios se estiman no sólo la gestión realizada, también el carisma, la cercanía y la capacidad de comunicación de los candidatos y sus propuestas. Es así pues, la comunicación, uno de los pilares fundamentales que debe ser potenciado en campaña.

No obstante, y pese a que desde Podemos se revolucionó la comunicación política, tanto los resultados autonómicos como los anteriores municipales, se pone de manifiesto que existen serios problemas para llegar al común. Esto no quiere decir que no se esté comunicando, sino que se hace entre convencidos, funcionando en estos momentos las redes sociales como cámaras de resonancia y ofreciendo una visión distorsionada del alcance de nuestros mensajes.

Por tanto, debe salirse a la calle y realizar política de cercanía, ofreciendo una conversación real al posible votante en vez de un folleto con nuestras propuestas e iniciando un debate público en aquellos problemas que la propia ciudadanía demanda. Podemos (y sus posibles confluencias o pactos) deben salir de su zona de confort virtual y hacerse visible en cuanto acto ciudadano se realice, ofreciendo para cada problemática una propuesta viable y explicable.

Ha de situarse al ciudadano y su entorno en el centro del debate público, sin miedo a plantear las serias contradicciones que se dan en nuestros pueblos y ciudades a la par que se ofrecen los datos reales de las políticas puestas en marcha por la parte progresista del Gobierno, y cómo llevar esas políticas al ámbito local puede transformar positivamente la vida de la gente.

Por otra parte, ha de realizarse una estrategia de acción política basada en la utilidad, visibilizando por una parte los logros cosechados —a través de la articulación de mecanismos de ayuda a trámites— y por otra parte los recursos que la ciudadanía tiene para mejorar su vida. Estos mecanismos y recursos, igualmente, han de ser publicitados FUERA de las redes orgánicas de Podemos, caminando un paso más allá de la oposición actual, la publicación en redes sociales y medios afines.

Hemos de exprimir cada oportunidad de que se escuche nuestras propuestas, tomando la calle, la asamblea ciudadana abierta y las plazas como renovados puntos de inflexión y reflexión política.

En esa línea, hemos de abandonar el método de «guerrilla informativa» como vehículo para llegar a la sociedad. Es «guerrilla informativa», por cuanto se utilizan armas de propaganda de bajo perfil y pequeño calibre, cuyo método de aplicación no se diferencia en absoluto del que pueden realizar otras formaciones, incluso las de ultraderecha. Por añadidura, no sirve para nada más que para predicar entre conversos, creando una pantalla repulsora —por saturación— del resto de personas. Es decir, hasta el momento se está impeliendo en vez de seduciendo o convenciendo. De tal modo resultan los discursos proselitistas y la inundación en redes de directrices, mensajes o republicaciones —a veces con poca o ninguna vinculación con problemáticas locales e inmediatas— que tienden a generar mayor ruido, poca comprensión y ningún efecto. Comparativamente, el esfuerzo realizado es igual al del reparto de octavillas de cualquier comercio: relativamente caro, humanamente insostenible y funcionalmente nulo.

Asimismo, han de abandonarse los discursos negativistas y excluyentes, así como el autobombo. Por contra, han de adoptarse mensajes, discursos y argumentos propositivos, con un alto valor añadido y generadores de debate. La crítica, cuando se haga, debe ir acompañada de propuestas alternativas viables y demostrables, dando de esta manera una respuesta explícita a la pregunta que se formulará el lector: «de acuerdo, lo que señalan está mal, pero ¿qué proponen para cambiarlo?».

Alianzas. Política de alianzas y confluencias.

Cualquier política de alianza o confluencia debe ser refrendada por la militancia en un proceso de debate y reflexión interno. No podemos reeditar pactos de última hora ni procesos de primaria con recortes de tiempos, puesto que más allá de poner en duda la legitimidad de los propios procesos, se crea en la militancia un sentimiento de ser un convidado de piedra en una reunión de extraños.

No obstante, hemos de poner sobre la mesa el innegable valor de la confluencia para lograr una mayor representación, toda vez que la implantación fuera del anillo de las grandes ciudades es, de media, inferior a la de Izquierda Unida.

Tampoco que, exceptuando notables casos, las fuerzas políticas progresistas se reducen a Podemos e Izquierda Unida, y que en muchos municipios, tras el esfuerzo solicitado por ambas organizaciones para la creación de las Mesas Locales, aún cuando no se hayan materializado, las relaciones son fluidas y se ha manifestado que se desea concurrir —bajo el mandato de la militancia y la ciudadanía, allí donde se han celebrado Foros Programáticos o Ciudadanos— de forma unida.

Hemos de tomar en consideración, igualmente, que la aritmética electoral puede proporcionar resultados mejores —como llave de gobierno o como socio de gobierno— en muchísimos municipios donde el partido mayoritario perdería representación, tanto por la erosión de gobierno, como por la subida de las fuerzas conservadoras.

Podemos, de realizarse cualquier pacto, ha de renunciar a erigirse como fuerza líder (sin que además pueda apoyar su liderazgo en los resultados, como ya dejó ver Izquierda Unida en su análisis post-electoral), motivando el pacto desde el equilibrio y el respeto mutuos, la generosidad y la cogobernanza (co-portavoces, portavocías rotatorias u otras fórmulas ya ensayadas con éxito).

Hemos de aprender de las lecciones que otras organizaciones de nuestro espacio político nos han mostrado durante estos años, permitiéndoles crecer y fortalecerse a nuestra sombra.

Resulta indiscutible, en muchísimos municipios, la existencia de una pugna soterrada entre las organizaciones que componen Unidas Podemos; pugna que tiene mucho de extraterritorial y que se favorece por determinadas actitudes por parte de integrantes de ambos partidos, más aún después de las interesadas filtraciones durante la fase de negociaciones.

Dada y reconocida la existencia de esta contienda —más por destacarse y encabezar el proyecto que por romperlo—, han de ponerse sobre la mesa estrategias para tratar de equilibrar las geometrías. La consecución de este equilibrio por parte de Podemos será una victoria sobre el relato de Izquierda Unida, posibilitando no solo la existencia, sino también la pervivencia y utilidad real de Unidas Podemos o la confluencia pactada.

Gorka Fernández Vidal – Círculo La Rinconada

Sheila Guerrero Garzón – Círculo La Rinconada

Antonino Parrilla Villar – Círculo La Rinconada
Cecilia Losilla Vargas – Círculo La Rinconada

Antonio Durán Montero- Círculo La Rinconada

José Antonio Martínez Bueno – Círculo La Rinconada

Mercedes Suero Mateos- Círculo La RInconada

Adrián Martínez Ríos- Círculo La Rinconada

José Luis Fernández de Castro Díaz – Círculo La Rinconada

Félix López Ruiz- Círculo La Rinconada

Rocío Serrano Rodríguez- Círculo La Algaba

Concepción Serrano Rodríguez- Círculo La Algaba (Concejal Ayto La Algaba)

Juan Antonio Jiménez Pousane- Círculo La Algaba

Ana Barba Díaz – Círculo La Algaba

Amparo Guallart Bermejo (Simpatizante)

María Luisa Díaz García (Simpatizante)
Francisco Javier de la Cruz Serna (Simpatizante)
María Luisa García Fernández (Simpatizante)

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